Capitán América: Civil War (2016)

Captain America: Civil War

Por José Luis Vázquez

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24.05.2016

Me vuelvo a reconciliar con las producciones Marvel a través de ese remix, o redux de Los Vengadores bajo el auspicio del Capitán America, titulado con el nombre de éste, CAPITÁN AMÉRICA: CIVIL WAR. La chavalería adolescente la goza y así lo refrenda con un entusiasta aplauso tras finalizar su proyección. Esta vez, me siento identificada con ella.

Si tuviera que ponerme en algún lado de la balanza respecto a mostrarme partidario o detractor de las producciones cinematográficas de super héroes Marvel, por supuesto me situaría entre los primeros. Eso no quiere decir que últimamente haya sentido algo de hartazgo y cansancio con alguna de sus últimas entregas, incluyendo la supuestamente demoledora y subversiva DEADPOOL. Desde luego, lo que es indiscutible es la perfección técnica alcanzada, algo que como mínimo es una garantía segura. No basta solo con eso, claro.

Por tanto, puedo decirles, que al igual que me sucedió hace un par de semanas con el Pedro Almodóvar cineasta (lo personal no es de mi competencia aunque tenga forjada mi propia opinión como simple ciudadano), con esta última entrega del Capitán América he vuelto a hacer las paces con este sello. En realidad, las tres apariciones del tipo casi centenario del escudo, me han satisfecho considerablemente, tanto su salida a escena, EL PRIMER VENGADOR, como su secuela, EL SOLDADO DE INVIERNO.

Aunque bien mirado, esta parece más una tercera salida de Los Vengadores que del personaje en cuestión. Está a idéntica altura de sus precedentes, aunque debo admitir que está mejor rematada y escrita, y casi a la misma que el primer VENGADORES.

Los hermanos Russo, Joe y Anthony, firmante del SOLDADO DE INVIERNO (ya, ya sé que les estoy abocando a un verdadero galimatías con tanto profuso dato, paro ya), han perfeccionado su estilo, pero la capacidad de diversión continúa igual de intacta que en aquélla.

Lo que sí agradezco es que el atronador, el apabullante espectáculo de acción me resulte más sorpresivo, mejor combinado y esté más medido (las secuencias no se dilatan hasta el infinito como en alguna de sus antecesoras, ULTRÓN por ejemplo), dejando lugar para algo más que no sea la mera aparatosidad, sino también las reflexiones de diverso tipo, desde la injerencia de la política exterior estadounidense hasta ese binomio permanentemente enfrentado, plasmado aquí entre Iron Man y el Capi, de justicia y legalidad. Y precisamente por aquí, asoma alguna de las mayores virtudes de este “blockbuster” entretenidísimo y con cabeza.

Todo ello sin dejar de renunciar a esas señas de identidad de escaramuzas sin fin y sin tregua, las cuales alcanzan aquí su momento culminante en el enfrentamiento en el aeropuerto entre miembros de ambos bandos de super héroes.

Hay más cosas que la convierten en singular, como la inclusión del simpático, pequeño y matón Ant-Man y de un divertido Spider Man adolescente, convenientemente reescrito en la ocasión, otorgándole como rasgo más distintivo cierta torpeza.

Y en fin, que entre unas y otras cosas, las dos horas y media a mí se me pasaron en un suspiro. Un gran diversión en todos los sentidos, pues entre otras cuestiones, volverán a encontrarse con el incólume e irónico sentido del humor de Robert Downey Jr. como el –ya sé que la palabreja irrita a muchos y yo mismo no se crean que sería capaz de definirla, pero me entienden- carismático Iron Man.